domingo, 7 de febrero de 2016

APRENDIZAJE BASADO EN PROYECTOS

El ABC o Aprendizaje Basado en Proyectos es una técnica de aprendizaje donde buscamos desplazar la enseñanza directa o transmisiva  (por ejemplo, la típica lección magistral basada en la memorización de contenidos) por un aprendizaje de carácter más activo, centrado en la realización de proyectos.

Eso sí, el desarrollo de esta técnica puede tener dos enfoques. Si seguimos un enfoque iterativo dejaremos al estudiante mayor libertad para explorar contenidos y métodos de trabajo, lo que dificultará preestablecer un resultado final en el proyecto. Un segundo enfoque para trabajar con proyectos sería apostar por un diseño retrospectivo, donde marcaríamos el diseño del mismo y el resultado final que esperamos.  

Eso sí, un aspecto común en ambos tipos de estrategias, es que nos encontramos ante estrategias planificadas, donde se han de marcar participantes, recursos, tiempos y mecanismos de evaluación. Este último punto es de vital importancia ya que no sólo se tiene que evaluar el resultado final, sino también el proceso. Para ello tendremos que fijar unos criterios de evaluación, que podrán ser trabajados a partir de los distintos currículum de la asignatura y de los contenidos transversales que queremos trabajar en el aula.

Esta es la teoría, ¿cómo la hemos enfocado en la práctica? En ciclos formativos varios profesores estamos desarrollando esta técnica para trabajar la asignatura de Empresa Iniciativa Emprendedora y ésta es nuestra experiencia.

En su momento nos encontramos con varios retos. El primero fue que los manuales tradicionales no estaban preparados para trabajar con este tipo de estrategia. Así que decidimos desarrollar nuestros propios materiales, enfocándolos en todo momento a la realización del proyecto (y sin salirnos de los contenidos marcados por el currículum). Fue una fuerte inversión de tiempo, pero estableció una base con la que estamos trabajando hasta el momento. 

El segundo reto, fue el de marcar los tiempos para la realización del proyecto y distribuir el desarrollo del mismo en el aula. Para ello elaboramos un calendario previo que se entrega el primer día de clase a los estudiantes, donde vienen marcadas las fechas de entrega de cada parte del proyecto y la fecha final de defensa del cojunto global. Respecto al desarrollo de las clases, partiendo de tres horas semanales, en mi caso dedico 1 hora a explicar contenidos básicos y 2 horas para el trabajo autónomo del estudiante. 

El último reto (y que seguimos teniendo) es la evaluación. Establecer un conjunto de ítems o criterios para evaluar el proyecto fue y sigue siendo una parte clave del proceso. Un servidor intenta siempre valorar los contenidos (adecuación al calendario del primer día de clase), presentación, defensa, etc. ... pero cierto es que sigue siendo un problema eliminar la subjetividad. Consejos e ideas serán bienvenidos. 

Sí, existen retos, pero también esta nueva estrategia nos ha dado muchas alegrías. Hemos aprendido a potenciar las TIC dentro del aula, a relacionar una asignatura teórica con la realidad del entorno que rodea a nuestros estudiantes, hemos desarrollado habilidades como la exposición en público que en otros ámbitos no podíamos trabajar, se ha llevado la asignatura a otros contextos como ferias de emprendimiento o la propia universidad, etc.

En resumen, los retos están ahí, pero las ventajas y oportunidades también. Y sólo por eso ha merecido y merece la pena. 

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